Al sur de Lima, en la costa, la región de la ciudad de Nazca se caracteriza por un desierto de arena que se extiende por miles de kilómetros. Y mientras se aleja de la ciudad, entrando en el desierto, descubre un espectáculo de impresionantes geoglifos, dibujos, figuras dibujadas en el suelo.
En las dunas de este desierto, se pueden ver en el suelo gris los rastros de la civilización Nazca, una cultura pre-incaica que data de 300 a 800 años antes de nuestra era. Las formas de los pájaros, monos, colibríes, cóndores, o las formas geométricas como espirales o líneas discontinuas, tienen hasta 270m de largo, y parecen representar las deidades de esta antigua civilización. La increíble conservación de estos motivos se debe a la grave sequía (que impide el crecimiento de las plantas) y a la ausencia de viento, debido al aire muy caliente que reina en este desierto.
Hay varias teorías sobre el significado de estos extraños dibujos. Una de las más populares es la de la matemática alemana Maria Reich, que dedicó el trabajo de su vida al estudio de estos rastros en la tierra. Según ella, sería un enorme calendario astronómico, cuyas líneas principales darían la dirección de las estrellas o constelaciones principales. Esta teoría fue luego refutada y reemplazada o aumentada por otras investigaciones: un sitio ritual, un medio para encontrar fuentes de agua, un amplificador de sonido para predecir terremotos, o para los más excéntricos, una pista de aterrizaje para extraterrestres... Los expertos no pudieron ponerse de acuerdo sobre el origen y el uso de estas extrañas formas.
La UNESCO clasificó este sitio como Patrimonio de la Humanidad en 1994; y uno puede admirar estos formidables restos del pasado volando sobre ellos desde pequeños aviones que transportan a los turistas.